A todos nosotros se nos presentan momentos en el día a día para cambiar y mejorar, por ejemplo para desarrollar la paciencia, ser más flexibles, empatizar y poder comprender mejor al otro, superar un miedo, … sólo que normalmente no tenemos esta actitud. Os propongo, que aquello que viváis hoy que os produzca un pequeño o gran malestar, lo viváis como una oportunidad para poder mejorar algo de vosotros. Sería, algo parecido, a ver la vida como un inmenso gimnasio emocional donde uno se entrena en la actividad física o zona muscular que quiere. Por ejemplo: si hoy he metido la pata en algo, es una oportunidad para aprender a ser más flexible, aprender cómo hacerlo mejor la próxima vez y coger la humildad no ser “perfecto”; si hoy estoy en un gran atasco, es una oportunidad para entrenarme en la paciencia y tolerar la frustración; si hoy me he molestado por algo pequeño, es una oportunidad para no tomarme las cosas tan a pecho y aprender a relativizar; si hoy me siento solo/a, es una oportunidad para aprender a hacerme compañía o a pedir a los demás y proponer un plan (si soy de aquello de.. “yo no pido, las cosas deben salir de los demás si quieren”; si hoy la báscula me dice que hoy peso más que ayer, es una oportunidad para aprender responsabilidad con la comida … y así sucesivamente.
Como ves, cada día puede ser un fantástico momento para mejorar poco a poco.