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Me siento culpable

2015-02-09 | Actividades

En ocasiones, de repende, nuestros ojos ven aquello que antes no veían, nuestra mente entiende aquello que antes no se percató, nuestros actos desembocan en un fin que nunca hubiéramos deseado que fuera así... y nos sentimos culpables. Aparece ese nudo en el estómago, angustia, a veces acidez, calor en el cuerpo o en la cara, tensión, ganas de llorar o una terrible rabia hacia nosotros o lo ocurrido, nos avergonzamos. Muchos de nosotros mostraremos ese dolor, con palabras, con lágrimas, con actos, pidiendo perdón o diciendo “lo siento”. Otros, lo ocultaremos, haremos como si no hubiera pasado, no mostraremos nada, evitaremos sentirlo y decirlo. Otros, culparemos al exterior, a las circunstancias, a las personas que nos rodean, a la falta de sueño o al tono con el que nos hablaron, da igual, cualquier cosa es factible de devolverle ese dolor que tanto cuesta dejarse sentir en uno mismo. De igual manera, se actúe como se actúe, la sensación interna es muy incómoda y dolorosa. Nos acompaña, está con nosotros, le prestemos o no atención, haya pasado unas horas, días, meses o años. Desde que sentimos culpabilidad nuestros actos y nuestros pensamientos no será libres, en su mayor parte tenderán a compensar ese doloroso sentimiento o a evitarlo de alguna manera.

La culpabilidad, a veces no es solo una simple preocupación en lo ocurrido en el pasado; puede llegar a ser desde una pequeña incomodidad hasta una severa depresión. Puede inmovilizarnos, paralizarnos, sin tomar decisiones saludables en el presente y sin poder aprender de lo ocurrido. Pero, existe otra opción, y es la de poder utilizar la culpa con responsabilidad, lo cual supone querer pasar la barrera del dolor para aprender de lo ocurrido con humildad. Simplemente, una vez más la vida nos enseña con dolor. Queriendo asumir lo ocurrido, aprendiendo a aceptarlo y comprometiéndonos con el futuro para que se reduzca la posibilidad de que vuelva a suceder un hecho parecido; estaremos creciendo. Podremos digerir ese dolor tan intenso, como lo es a veces, y seguir avanzando en este camino que es la vida.

Aprender de nuestras equivocaciones, es una parte sana y necesaria de nuestro crecimiento y desarrollo. No hay culpabilidad, por grande que sea, que solucione un hecho ocurrido en el pasado. Sin embargo, si hay aprendizaje que reduzca la posibilidad de que eso mismo o parecido vuelva a suceder en el futuro. Y, ¿cómo hacerlo? Hay algunas estrategias que puedes hacer por ti mismo, sin necesidad de ir a terapia... si no son suficientes, puedes plantearte la idea de pedir una guía, quizás:

- Pregúntate a ti mismo/a qué estás evitando en el presente por llevar una culpa del pasado.

- Averigua, qué haces para seguir agarrado ese sentimiento, qué haces con esa sensación cada día: la ignoras, la recuerdas con las mismas palabras que hace años, te ayudas sin resultado...

- Empieza a aceptar que hay cosas en ti, hay actos que haces, tienes emociones que pueden hacer daño o disgustar a otras personas

- Reconsidera tu sistema de valores, ¿cuales son lo que realmente aceptas y cuáles son los que finges aceptar?

- Empieza a sentir, no solo a pensarlo (que eso ya lo sabes) que el pasado SE ACABO. Empieza a vivirlo como algo que jamás volverá, sientas lo que sientas respecto a él...

- Trátate con consideración, cuida tu lenguaje interno, evita insultos, adjetivos descalificativos y HABLATE CON RESPETO.

En un momento de mi vida delicado, leí en un libro: “PUEDE QUE NO HAYAS SABIDO HACER LAS COSAS TAN BIEN COMO TE HUBIERA GUSTADO, PERO EN CUALQUIER MOMENTO PUEDES Y TE MERECES APRENDER A HACERLAS MEJOR” 

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