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Sentirse más feliz...¿es posible?

2014-06-20 | Artículos

Después de mis años en sesión, me doy cuenta que aquellas personas que son más agradecidas en la vida, que valoran más aquello que les ocurre, sea bueno o malo, tiene más capacidad para reponerse de los momentos duros y se sienten más felices en sus vidas, en comparación con otras personas que no tienen grandes adversidades. Aquello que se valora, se revaloriza, ¿o no pasa esto cuando tenemos una camiseta de la suerte, un regalo significativo o ese bolígrafo que nos encanta como escribe? No importa su valor real, es especial porque se lo damos nosotros.

Cuando apreciamos lo bueno en nuestra vida, lo positivo, lo bueno y lo agradable aumenta de valor. Y cuando ignoramos aquello que nos regala la vida, lo bueno se desprecia o pasa desapercibido.

Ser agradecido, trae abundancia en nuestras vidas. Cosas tan simples como conducir viendo atardecer, respirar sin dificultad o tener energía para poder hacer las cosas del día,... no deben darse por aseguradas. Caemos si no, en la negligencia de no ver la abundancia de aspectos de valor positivo que tenemos en nuestras vidas. Agradecer nos da autoestima, fuerza, satisfacción y ayuda a amortiguar los golpes que nos encontramos en nuestros caminos. Aumenta nuestra conciencia de nosotros y de la vida, nos hace más humildes para poder aprender más de las adversidades de la vida, mejora los vínculos afectivos con los demás, ayuda a afrontar el estrés, inhibe las comparaciones negativas con los demás, nos estimula a adaptarnos a las nuevas circunstancias y nos ayuda a combatir las situaciones negativas.

Entonces... ¿crees que podrías ser más feliz?. Para cosechar una actitud agradecida, es necesario:

1. Hacerse consciente de lo positivo de tu vida. Presta atención desde hoy a los detalles que forman tu vida que son agradables: el sabor del café de la mañana, la posibilidad de ir a comprar, la mirada de cariño de tus hijos, que tus padres sigan ahí, tu habilidad para hacer algo, el agua de la ducha resbalando por la piel... Detente unos instantes y observa aquello, que de no ser como es ahora, te haría la vida más desgraciada.

2. Puedes llevar un diario, de lo bueno del día y de lo agradecido que estás por aquello que te pasó hoy, que sufriste, pero que te ayudó a entender aspectos de ti, de los demás o de la vida.

3. Escribe una carta de agradecimiento, a un ser querido, familia, amigo, a la vida, a un profesor... donde expongas tu gratitud de forma sincera  clara, por todo aquello que has vivido, que te ayudo en esta vida a aprender, entender y/o cambiar algo en tu camino

4. Enséñaselo a los demás, pregunta por los positivo de sus vidas, pregunta por las cosas que los demás se sienten agradecidos. Llénate de energía positiva de las personas que te rodean también, no preguntes solo por aquello que va mal. Habla con tus hijos, amigos, compañeros de lo mejor del día de hoy, de la semana y de sus vidas.

Como ves, son pasos pequeños y sencillos para poner en práctica en nuestro día a día. Solo a veces, esto no es tan fácil. Y ocurre cuando se bloquea por el dolor que acumulamos, la tristeza,  el rencor, la rabia o la frustración de lo que hemos vivido. Aquí, es podría ser aconsejable una guía en terapia para conocer la forma de poder llegar a una mejor sensación de satisfacción personal. 

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