Las relaciones de pareja se forman porque dos personas deciden compartir algo que no comparten con otras personas. Es una elección de dos. Nos unimos en pareja con la intención de tener un extra, de ser un poco más felices, son como un postre después de comer, podemos vivir sin él pero si tenemos ese postre que tanto nos gusta, disfrutamos más de la comida. Y esto es fabuloso. El problema viene cuando, pasa el tiempo, vamos teniendo más confianza y ese extra de felicidad en la pareja no se encuentra ya tan fácilmente.

Muchas veces tiene que ver con nuestra forma de ser, otras con la idea que nos hemos hecho del otro (normalmente idealizada), otras con la exigencias que tenemos puestas en nuestra pareja que debe satisfacernos en nuestras carencias (sentimiento soledad, necesidad de afecto, necesidad de ser cuidado/a, necesidad de atención, valoración...), en otras ocasiones con los mitos sobre las relaciones, a veces son las circunstancias que nos rodean o la etapa que estamos viviendo en ese momento que nos hace estar más inestable y con ello con más problemas en la relación, otros son estilos de vida que llevamos cada uno, otras veces viene de nuestra herencia familiar... en fin, cualquiera de estas y otras muchas causas puede estar influyendo en que tengamos problemas con nuestra relación.

Tenemos que tener en cuenta que en las relaciones de pareja, los problemas no son causas directas, es decir, en pareja está todo interrelacionado, el miembro 1 de la relación reacciona a lo que ve en el miembro 2, que a su vez está reaccionando por lo que ve en el 1.  Por tanto, no es que él o ella sea la causa de mi problema, sino que ambos siendo pareja, juntos, generamos un/os tipo/os de “problema/s”. De tal manera que si él o ella estuviera con otra persona el/los “problema/s” quizás serían distintos o se manifestarían de manera diferente. Esto que no es más que una descripción de la realidad, y que a veces entendemos, otras nos es muy es difícil de aceptar, porque tenemos nuestra idea hecha de cómo debería ser él/ella y la relación. El eso, unos de los primeros pasos, para aprender a modificar aspectos nuestros que influyen en pareja, pasa por ser consciente y conocer aquellos mitos (teoría no real) que tenemos sobres las relaciones, como por ejemplo:

• Marido y mujer deben ser mejores amigos
• El amor romántico crea una buena pareja.
• Una buena pareja requiere total confianza.
• Debes hacer feliz a tu pareja.
• Mi pareja me debe hacer feliz a mi
• La pareja debería ser una sociedad al 50%.
• Ya me conoce, debería saber sin que se lo dijera lo que me pasa o necesito
• La pareja debe cumplir lo que yo opino de una relación, si no, no es para mi
• Debes transformar a tu pareja en alguien mejor.
• Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños.
• Nuestro amor se mantendrá para siempre con el paso del tiempo, sin necesidad de ayuda, si no es que no estamos hecho el uno para el otro.
• Mi pareja deberá ser capaz de anticipar mis pensamientos, mis sentimientos y mis necesidades
• Mi pareja no herirá nunca mis sentimientos
• Si me quisieras de verdad, te esforzarías siempre por agradarme (por satisfacer mis deseos, necesidades y tenerme en cuenta)
• Amar significa no tener que estar nunca enfadado ni disgustado con mi pareja
• Amar significa querer estar siempre juntos
• Mi pareja será siempre abierta, directa y honesta conmigo para contarme sus sentimientos
• Como estamos enamorados, mi pareja me respetará, comprenderá y aceptará independientemente del tipo de conductas que yo lleve a cabo
• El grado de sexo, cariño y compromiso presente en nuestra relación no debe disminuir nunca
• ....

Estos son algunos de los ejemplos de mitos, no reales, que cada uno de nosotros tenemos en nuestra mente. ¿Te reconoces en alguno?, puede que sean distintos...¿cuáles son tus mitos sobre tu relación actual o futura? Si encontramos a alguien con algunos de estos mitos irreales que son iguales a los míos, nos llevaremos mejor probablemente, que si estamos con alguien con otros mitos distintos. Pero en ambas ocasiones estaremos apoyando parte de la relación de pareja en algo irreal que tarde o temprano aparecerá de algún modo.