La mayoría de nosotros, en algún momento de nuestra vida, hemos tenido un problema, un tabú, un complejo o un prejuicio relacionado con la sexualidad. Es tan normal como tener una gripe. La sociedad, las pantallas y la propia familia no nos suele educar para tener una sexualidad sana. Acabamos teniendo pequeños desajustes en la forma de expresar nuestros deseos o interpretar los del otro, nos exigimos o exigimos al otro CON misiones imposibles, ocultamos aquello que no entendemos,… y esto puede acabar provocando algunos de los problemas sexuales más cotidianos.
En mi terapia sexual pretendo que puedas obtener aquella información y orientación qué estás buscando para poder disfrutar de tu sexualidad.